Terapia psicológica
El difícil equilibrio entre cuerpo y mente
Si alguien me hubiera explicado que podía hacer la psicología para mí, mi vida habría sido más sencilla.
Y cuando hablo de los beneficios de la terapia psicológica no me refiero al hecho que la persona tenga que ser tratada por problemas psicológicos, ni tampoco que los tenga.
Dirigirse a la psicología como la ciencia que trata a las personas con problemas o trastornos mentales es una idea muy simplista.
La terapia psicológica enseña a la persona a aceptar y afrontar la dolencia, a convivir con ella, a gestionar de forma eficaz el día a día, a minimizar el impacto de la enfermedad en el entorno personal, familiar, social, económico, laboral y a conseguir la máxima calidad de vida.
La terapia psicológica proporciona herramientas a la persona para que ésta sea más eficaz en el control y gestión de la dolencia y a mantener con ella una relación más saludable.
Aspectos psicológicos y sociales en el nuevo concepto de salud
Durante mucho de tiempo la salud se consideraba simplemente la ausencia de dolencias biológicas.
A partir de la definición de salud ofrecida por la OMS en 1948, se ha tomado más conciencia que existen factores psicológicos y sociales capaces de influir en la salud de las personas. Hoy en día nadie pone en entredicho que los factores psicológicos, emocionales y sociales juegan un papel importante en el inicio, el mantenimiento o la curación de cualquier dolencia.
De este nuevo concepto de salud nace el modelo biopsicosocial para el tratamiento de enfermedades y trastornos. La medicina biopsicosocial considera a la persona una entidad física (cuerpo), influenciada por aspectos psicológicos como los pensamientos, emociones y conductas (mente) y por un entorno social.
Los factores psicológicos influyen en el inicio y evolución de las ENFERMEDADES
Los factores psicológicos participan en el inicio, el mantenimiento o la curación de cualquier afección. La OMS afirma que más del 90% de las dolencias tienen causas psicosomáticas. Es decir, la personalidad del individuo, como éste maneja sus emociones, como controla el estrés, conflictos y frustraciones son aspectos que influyen en la aparición y evolución de dolencias.
La salud es la combinación de factores psicológicos (pensamientos, emociones y conductas), sociales y biológicos los cuales juegan un papel importante en la aparición de enfermedades.
Cómo ayuda la psicología en el bienestar y la salud
Toda situación, problema o dolencia se vivirá de manera más o menos dolorosa o traumática en función a la personalidad del individuo la gestión que hace de sus pensamientos y emociones, su conducta, las estrategias de afrontamiento que adopte y la circunstancia personal, familiar y laboral se esté viviendo.
Facilita estrategias de afrontamiento de la dolencia y de adaptación.
Enseña a gestionar el día a día para aprender a convivir con la enfermedad.
Modifica factores psicológicos y sugiere nuevos patrones de pensamientos y comportamiento que ayudan a mejorar alteraciones del sueño, el dolor crónico, la discapacidad física…
Identifica y trata aspectos psicosociales que pueden interferir en el tratamiento farmacológico.
Promueve hábitos saludables relacionados con el ejercicio físico, la alimentación o la reducción del estrés.
Ayuda a minimizar el impacto que ocasiona una dolencia en el entorno personal, familiar, social, económico y laboral.
La psicología como parte del tratamiento MULTIDISCIPLINARIO
Existen muchas patologías que por sus características necesitan sí o sí abordaje holístico y, por lo tanto, la terapia psicológica tiene que ser parte del tratamiento multidisciplinario que tiene que recibir el enfermo, junto con el tratamiento farmacológico, programa de ejercicio físico, dieta adecuada, etc.
La terapia psicológica incrementa la efectividad del tratamiento, dado que elimina aspectos psicosociales que lo dificultan y, a la vez ayuda a reducir el impacto de la afección.
La denominada psicología de la salud, a diferencia de la psicología clínica, ofrece herramientas que ayudan a mejorar problemas de salud como la discapacidad física, alteraciones del sueño, el dolor crónico y, a un tiempo, promueve hábitos saludables relacionados con el ejercicio físico, la alimentación o la reducción del estrés.
FACTORES PSICOLÓGICOS Y EL DOLOR
pensamientos
emociones
La ciencia ha observado que los factores psicológicos y cognitivos de cada persona y las estrategias de afrontamiento que adopta el individuo hacen variar el umbral y la tolerancia al dolor. También que los pensamientos, emociones y conductas influyen en la forma de afrontar el dolor y las situaciones diarias.
Los factores psicológicos modulan el dolor
Los pensamientos, emociones y comportamientos afectan en nuestra salud. Y está claro que, también en el dolor. Aspectos emocionales y cognitivos perturbadores favorecen la sensibilización del sistema nervioso central, creando un círculo vicioso por el cual se instaura y se mantiene el dolor crónico. Así pues, el estrés, el miedo al dolor, los pensamientos catastrofistas y patrones de conducta negativos (dejar de hacer actividades cotidianas, dejar de salir y no moverse por miedo a sentir dolor, etc.) pueden ayudar a generar o perpetuar un problema de dolor crónico. A continuación, explicamos donde se localiza el mecanismo que regula el dolor, como funciona, qué es el círculo del dolor y la relación del dolor con las emociones.
Teoría de la Puerta de Melzack y Wall
A la médula espinal se encuentra el mecanismo que modula las señales del dolor y este funciona como una puerta. Hay pensamientos, emociones y acciones que abren la puerta dejando pasar las señales de dolor y otros que obstaculizan la entrada de forma que la percepción de dolor es menos intensa.
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El 1965, Melzak y Wall desarrollaron la Teoría de la Puerta. Para entender esta teoría tenemos que imaginar una puerta y detrás de ella el dolor. Cuando la puerta está cerrada el dolor no se puede sentir. En cambio, cuando la puerta está abierta el dolor pasa y es cuando lo sentimos con toda su intensidad. Que la puerta se abra o se cierre dependerá de si los factores que inciden facilitan el paso del dolor (abren la puerta) o los obstaculizan (cierran la puerta). A estos últimos se les denominan estrategias de control del dolor.
El Círculo Vicioso del Dolor
Es una espiral en la que cae una persona, sin ser consciente, y del que resulta difícil de salir, porque las estrategias que se adoptan para reducir el dolor, con el paso del tiempo, tienen efecto placebo o aumenta la percepción del dolor, empeorando el resto de los síntomas, el estado físico y psicológico de la persona.
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Un círculo vicioso es como una espiral en que cae una persona y de la que no parece que haya salida. Así, cualquier acción dirigida a romper este círculo, vuelve a empujar a la persona al mismo punto de partida.
Caer en el círculo vicioso del dolor es fácil (desde mi punto de vista). Cuando hay dolor, la persona de manera natural, adopta estrategias con la intención de disminuir la percepción de dolor (evita ciertos movimientos, modifica posturas, hace más reposo, disminuye las actividades físicas, el ejercicio, aplaza las actividades sociales…).
El dolor crea emociones
El dolor, como todo lo que sentimos, generan pensamientos diferentes en cada persona. Estos acontecen en emociones y estas, a la vez, se reflejan en una conducta.
Los pensamientos, emociones y comportamiento son diferentes si el dolor es temporal o crónico.
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