Tratamiento nutricional en la fibromialgia

Mar Gómez

23 abril 2020

El tratamiento de la fibromialgia es multidisciplinar y pretende mejorar la sintomatología presentada, incluye tratamiento farmacológico, psicoterapia, ejercicio físico adaptado, tratamiento nutricional y fisioterapia (si la persona lo requiere).

En este post hablaremos sobre alimentación, del resto de tratamientos se habla en la web.
Unos de los objetivos del tratamiento nutricional es poder alcanzar y mantener un peso saludable.

A mayor exceso de peso corporal puede empeorar la calidad de vida, generar un mayor nivel de dolor y fatiga y, además, puede empeorar la calidad de sueño. Esto puede estar causado porqué se suele reducir la actividad física y aumenta el sedentarismo, incidiendo en el sobrepeso o la obesidad. Por eso, es beneficioso para las personas que presentan fibromialgia poder recibir acompañamiento para qué puedan alcanzar y mantener un peso saludable, en el caso de presentar exceso de peso corporal, aportando la cantidad suficiente de energía para poder disminuir la masa grasa corporal y manteniendo al máximo la masa muscular.

Además, la presencia de sobrepeso u obesidad puede aumentar el riesgo de padecer algún trastorno del estado de ánimo.

Personas que presentan fibromialgia y obesidad tienen más probabilidad de desarrollar síndrome metabólico (diabetes, hipertensión, alteraciones de triglicéridos y colesterol en sangre…).

Se ha visto que el estrés oxidativo y la inflamación crónica son elementos clave y perjudican el desarrollo y la evolución del dolor crónico, por lo tanto, esto se convierte en otro objetivo a alcanzar a través de la alimentación para contribuir a minimizarlos, con el aporte de sustancias antioxidantes y antiinflamatorias como por ejemplo algunas vitaminas y minerales o las grasas de tipo omega-3.

Recomendaciones dietéticas a tener en cuenta:

Nutrientes a considerar:

Antioxidantes:

  • Vitamina A, C, E; selenio, zinc, cobre; polifenoles: frutas, verduras, frutos secos, aceite oliva virgen extra.
  • Otros (glutatión, ácido retinoico, ácido lipoico, etc): en todos los alimentos (verduras, leche, pescados, carnes…).

Antiinflamatorios:

  • Omega 3 (ácido α-linolénico): nueces, otros frutos secos y semillas.
  • Omega 3 (EPA y DHA): pescado azul.
  • Ratio correcta Omega-3/Omega-6 (para favorecer vías antiinflamatorias y reducir proinflamatorias): priorizar consumo de aceite de oliva virgen extra y no abusar de aceites vegetales (girasol, maíz o soja).
  • Oleocantol: Aceite de oliva virgen extra.
  • Vitamina D: exposición diaria al sol. Pescado azul, champiñones, huevo, cereales de desayuno sin azúcar añadido. En el caso de ser necesario en función del estatus de la persona suplemento de D3.

Otras recomendaciones:

En fibromialgia algunas personas pueden presentar intolerancias o alergias alimentarias, molestias gastrointestinales, celiaquía o sensibilidad al gluten no celiaca (SGNC). Estos aspectos se deberían tener en cuenta al realizar la pauta nutricional individualizada en función de su tolerancia personal, para que puedan mejorar su sintomatología digestiva.

Fraccionar la ingesta y cocinar de forma sencilla:

  • Hacer pequeñas ingestas diarias de poco volumen (4-5 al día), si se tiene hambre, y evitar comidas muy copiosas.
  • Elegir alimentos de fácil digestión para no aumentar el cansancio, especialmente después de comer.
  • Utilizar técnicas culinarias sencillas y controladas en grasa. Hervido, vapor, microondas, horno, papillote, parrilla o plancha, salteado.
  • Adaptar el horario de cocinado, ingredientes y técnicas culinarias.
    Cocinar y congelar en los momentos de mayor energía o/y menor dolor.

Alimentos a evitar o limitar:

  • Alimentos ultraprocesados o muy densos en calorías (embutido, precocinados, dulces, snacks salados…).
  • Aceites vegetales de girasol, maíz y soja; frutos secos y semillas ricos en omega-6 (sésamo, tahini, cacahuete, avellana, pipas calabaza y girasol, nueces de Brasil, pistachos).
  • Carnes rojas.
  • Azúcar simple contenido entre otros en: azúcar de mesa, miel, galletas, bollería o refrescos.

Alimentos a priorizar:

  • Frutas: mínimo 2-3 raciones al día, cuanta más variada mejor (manzanas con piel, mango, melón, uva morada, frambuesas, moras, frutos rojos, grosellas…).
  • Verdura: 2 raciones al día, alternar cruda y cocinada. Una de ellas en crudo (para preservar antioxidantes). Priorizar las crucíferas (brócoli, coliflor, col, coles de Bruselas, kale, bimi…) y además, incluir calabaza, calabacín, judía verde, rábanos, ajo, cebolla, pimiento y el resto de verduras y hortalizas.
  • Pescado azul y aceites de estos (omega-3) si se consume: especies de pequeño tamaño: boquerones, jureles, caballa, sardinas, salmonetes, anchoas, atún de cola amarilla, salmón, bonito.
  • En menor medida las de mayor tamaño (cazón, emperador, atún rojo, marrajo o lucio).
  • Legumbres: mínimo 3 veces a la semana. Introducirlas en la alimentación ayuda a reducir el consumo de proteína de origen animal y además, son una fuente de calcio.
  • Especialmente: alubias blancas o pintas y soja en grano, texturizada o tofu.
  • Café solo, infusiones de té verde, manzanilla o jengibre.
  • Cacao puro sin azúcar añadido si se consume, en cantidad limitada.
  • Semillas y aceite de lino o chía, nueces.
  • Especias: jengibre y cúrcuma; pimienta, guindilla; tomillo y azafrán, hojas de menta.
  • Aceite de oliva virgen extra y una pizca de sal yodada con normalidad. Condimentar con especias recomendadas

Resto de grupos de alimentos con normalidad:

  • Huevo: mínimo tres veces semana.
  • Crustáceos y moluscos: en función de los gustos alimentarios de la persona.
  • Lácteos sin azúcar añadido (yogur natural, kéfir, quesos frescos, yogur de soja)
  • Carnes magras (pollo, pavo, conejo). Tomar en menor medida que legumbres y pescado.
  • Cereales de grano entero (integrales) y tubérculos en función del gasto energético.

Sino se consumen alimentos de origen animal, el aporte de proteínas se puede conseguir a partir de legumbre y sus derivados, frutos secos y semillas.

A tener en cuenta:

Se puede considerar la suplementación en función de la persona como, por ejemplo, el citrato de Magnesio o la Coenzima Q10, pudiendo mejora dolor i la fatiga.

En función del estatus de la persona, el médico puede considerar necesario suplementar en hierro, vitamina D u otro nutriente.

Me gustaría recodaros qué estas recomendaciones dietéticas son generales en fibromialgia.

En el caso de presentar molestias gastrointestinales, intolerancia o alergia alimentaria o necesitar recomendaciones individualizadas, se recomienda consultar a una o un Dietista-Nutricionista colegiado para recibir el consejo nutricional totalmente individualizado.

En conclusión:

  • Evitar el consumo de ultraprocesados.
    Priorizar el consumo de alimentos frescos, especialmente verdura y fruta, legumbres, frutos secos y semillas, aceite de oliva virgen extra y cereales de grano entero.
    Dieta adaptada e individualizada si la persona lo requiere.
    Procurar mantener la actividad física en la medida de lo posible, para poder disminuir el dolor y mantener un peso corporal saludable.
    La suplementación nutricional debe estar ajustada al estatus de cada persona y supervisada por un profesional sanitario.
Bibliografía consultada:

– 2016 CLÍNICA UNIVERSIDAD DE NAVARRA. Con información del Doctor Javier Nicolás García González, del Departamento de Medicina Interna. 2016 CLÍNICA UNIVERSIDAD DE NAVARRA.
– Holton K. el paper de la dieta en el tractament de la fibromiàlgia. Medicina futura. 2016 Jun; 6 (4).
– Dolor crònic. Dr. Laura Isabel Arranz.
– Expert curs sobre l’obesitat 2019. Isabel Pérez i Pablo Zumaquero.

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