Compartir experiencias siempre es muy enriquecedor y más cuando se trata de una enfermedad que te han diagnosticado y te medican y apenas te han explicado nada. Poder escuchar voces de otras mujeres que sufren igual o parecido a mí y con síntomas que no asociaba a la fibromialgia, te sientes comprendida y ves que no estás sola en esta lucha.