Ahora ya hace muchos días que estamos encerrados en casa debido al Estado de Alarma decretado por el Gobierno ante la presencia de un nuevo virus, el Covid-19, que ha puesto en jaque a todo el planeta. En una sociedad moderna como la nuestra, y ante el hecho de quedarnos confinados en casa pasando una cuarentena, en el siglo XXI nos preocupamos por la mella que este confinamiento puede estar generando entre la población.
Si un encierro obligado de este tipo ya afecta, en general, a toda la población en mayor o menor medida, cabe decir que en aquellas personas que ya tienen otras patologías, la sensación de agobio puede agudizarse aún más por muchos motivos. Esta situación puede causar mucha impotencia, frustración, miedo, estupor, incertidumbre, ansiedad, incluso pueden producir estados más obsesivos y catastrofistas, que sin lugar a dudas son devastadores emocionalmente.
La crisis emocional
En las últimas semanas no paramos de escuchar conceptos como “crisis sanitaria”, “crisis económica”, “crisis empresarial”, pero estas situaciones que describíamos anteriormente lo que pueden llevar a producir es una “crisis emocional”, es decir, una especie de desequilibrio ante la aceptación de una situación cambiante que no controlamos y que va a suponer una ruptura con nuestra estabilidad entrañando un peligro que desconocemos y que aún no sabemos cómo manejar. El punto clave de una crisis emocional está en la amenaza que sentimos por la pérdida de unos objetivos de vida que nos fijamos en su día y que ahora están en riesgo (trabajo, salud, economía doméstica, relación de pareja, formación, etc.). Y cuando utilizamos el término “sentimos” es porque el punto de origen de esta crisis emocional no está en el conflicto en sí mismo sino en cómo cada persona responde ante la situación, esto es (y en palabras más coloquiales), al “cómo lo llevamos”.
No obstante, toda crisis en términos generales tiene su parte positiva:
- Es transitoria: saber que se debe a una situación excepcional que pasará nos ayuda a percibir un horizonte en el que poder encontrar una posible solución.
- Suele ser reforzadora: la famosa expresión “de ésta saldremos más fuertes”.
- Suele generar nuevas oportunidades: ante situaciones extremas, el ser humano tiende a reinventarse para encontrar nuevas salidas.
- Suele fortalecer la capacidad de adaptación como método de supervivencia.
Pero todo ello dependerá de la capacidad que tenga cada individuo de afrontar dicha crisis. Y la gran pregunta es: ¿cómo afrontar dicha crisis emocional?
Las redes sociales se han llenado estos días de cientos de ideas para distraernos durante el confinamiento. La cuarentena por el Coronavirus ha supuesto un amplio despliegue de ingenio sobre cómo realizar ejercicio en casa, nuevas maneras de comunicarnos con los nuestros (¡bendita tecnología en estos tiempos!), adaptación de nuevas formas de trabajar y estudiar, innovadoras recetas de cocina, manualidades a mil, etc. Estas acciones contribuyen a pasar el día de una manera más amena, a readaptar nuestros hábitos y a cuidar de nuestra salud física.
Sin embargo, ¿son útiles todas estas recomendaciones en personas que están atravesando una crisis emocional? Desde un punto de vista de mejora en el estado de ánimo, es incuestionable que sí son útiles, pero a alguien que siente cómo su vida se desmorona, probablemente lo que menos le apetezca en estos momentos es ponerse a cocinar una especialidad de la otra punta del mundo o a hacer tablas de ejercicios con una plancha, ya que el ánimo y la voluntad no le acompañan precisamente.
También estamos viendo correr estos días, a través de las redes, infinitas recomendaciones de cómo sobrellevar el confinamiento a nivel emocional: sal de tu zona de confort, abandona tu zona de miedo, fomenta tu aprendizaje y tu crecimiento, deja de pensar tanto en tus problemas, elimina tus pensamientos negativos, te preocupas demasiado por el pasado y por el futuro, no te quejes, es momento de cambio, vence tus limitaciones, deja de ser tan irracional, toca aprender la lección, busca la felicidad, conecta con tu ser interior, es momento de actuar, realiza una introspección, etc., etc., etc. Y volvemos a la misma pregunta de antes: ¿son útiles todas estas recomendaciones en personas que están atravesando una crisis emocional? Por supuesto que son consejos magníficos, inestimables desde un punto de vista de trabajar la Inteligencia Emocional y mejorar el estado anímico, pero alguien que está en su casa encerrado y ansioso pasando una crisis estará experimentando una angustiosa necesidad de ser ayudado. En estos momentos de mayor debilidad emocional, tendemos a ser más influenciables, así que ante estas valiosas recomendaciones su angustia aún puede augmentar más por verse incapaz de emprender cualquiera de estas acciones puesto que no sabe cómo hacerlo. Lo que realmente necesita esta persona son herramientas para avanzar, que le ayuden a salir de la fase de shock y entrar en una fase de aceptación que le ayude a recuperar su armonía emocional y su salud mental.
Guia d’Auto-Coaching
Tal y como ya explicamos en nuestra publicación anterior sobre el tema, el Coaching tiene, entre otras muchas, 3 de reglas de oro:
- No es directivo: el Coach nunca dice al cliente lo que debe hacer, sino que trabaja para que éste encuentre su propia solución.
- Trabaja por objetivos: el cliente se encuentra en una “Situación X” que le produce malestar y desea llegar a una “Situación Y” más gratificante.
- Utiliza preguntas poderosas: a través de preguntas oportunas y adecuadas, el Coach pone al cliente en un estado de reflexión constante para poder marcarse un plan de acción.
Desde el área de Coaching de Amuntfibro queremos daros una herramienta, partiendo de estas reglas de oro, de fácil manejo que podéis ir trabajando estos días para cuidar también vuestra salud emocional, tanto si estáis pasando por una crisis emocional como sino. Es lo que hemos llamado una Guía de Auto-Coaching, creada especialmente para este confinamiento, que podréis descargar al final de este artículo.
Por un lado, queremos remarcar que por descontado que no es un proceso ni una sesión de Coaching al uso, básicamente porque os faltará la presencia del Coach que os haga las preguntas pertinentes. Aún así pretende ser una manera práctica y fácil de poder ir trabajando todos aquellos aspectos angustiosos que hemos visto en el apartado anterior pero siguiendo una guía sobre cómo conseguir resultados. Es, por lo tanto, lo que podría definirse como una sesión de auto-trabajo. Como veréis, y al contrario de lo que sucede con el Coaching (donde las preguntas son espontáneas y fruto del rumbo de la conversación), ofrecemos unas preguntas “programadas” que os pueden ayudar a realizar la sesión. Recomendamos hacer toda la sesión de trabajo seguida y con una duración de una hora/hora y media aproximadamente, como máximo.
Por otro lado, vais a poner en práctica las auto-preguntas y vosotros mismos deberéis encontrar vuestras propias respuestas. Tratad de ser precisos y extenderos en las respuestas, pensadlas desde la profundidad y la reflexión. No os desaniméis si de entrada puede pareceros complicado (los principios son difíciles muchas veces) o si sentís que no conseguís los resultados que os habéis marcado; poco a poco, sin agobios, el entreno y la práctica continuada os harán ganar más destreza. Podéis realizar tantas sesiones como objetivos os propongáis conseguir.
Finalmente, cabe decir que el servicio de Coaching de Amuntfibro está a vuestra disposición vía online para que nos hagáis llegar consultas o dudas que puedan surgiros durante la puesta en práctica de la guía, así como para realizar con nosotros alguna sesión de Coaching virtualmente. Podéis contactarnos a través del correo electrónico coaching@amuntfibro.cat.
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Mucho ánimo y recuerda: TÚ PUEDES